Millones de bolívares podríamos ahorrar a partir de la creación científica

Pedro Estacio

Como creyente en la ciencia y la tecnología, puedo decir que los químicos, biólogos, ecólogos, físicos, matemáticos y otros, son más que capaces para investigar, diseñar y producir nuevos materiales a partir de los desechos sólidos, que faciliten un asfaltado especial en todas las carreteras y calles del país, con lo que se estaría produciendo el ahorro de miles de millones de bolívares al Estado revolucionario y bolivariano.

No se trata de producir energía, calor, abonos ni gas con los residuos, porque eso ya es un hecho, sino de impulsar la investigación y creatividad necesaria que facilite no sólo lo planteado; es decir, un nuevo material para calles, carreteras y otras vías y, junto a ese nuevo material, el diseño de las maquinarias que se necesiten al respecto.

El tema no es para perder el tiempo y mucho menos olvidar los cientos de botaderos de basura que existen en toda la nación. De lo que escribo es sobre las posibilidades que ofrece invertir en ciencia y tecnología, más que invertir exclusivamente en camiones que recojan los desechos y los lleven a sus bonanzas específicas.

Ya ha sido dicha y repetida la recomendación del desaparecido líder cubano Fidel Castro, indicativa de transformar todo lo que tiene que ser transformado en una revolución y eso no es indicativo de apelar a los mismos métodos y procesos que han sido utilizados en el pasado, de lo que se trata es de crear, innovar a partir de la investigación científica y tecnológica.

Estamos obligados a decir que ese sector de los investigadores científicos y tecnológicos, pese al desajuste conceptual que ha vivido el mundo, quizá es uno de los más honestos en cualquier sociedad.

Y dentro de esa honestidad, ha sido generador de miles de posibilidades, yo diría millones, que han caracterizado precisamente a la evolución del mundo y que ha saltado las fronteras del planeta al lanzarse al espacio.

Pero en la atmósfera del desajuste conceptual, la ciencia y la tecnología vienen recorriendo vías y se están encontrando con lo que ha sido el sueño ideal de la investigación, como es buscar, hurgar, repetir, inventar y más inventar hasta alcanzar, satisfacer la búsqueda que siempre beneficiará a la sociedad en la que se desarrolla, al igual al otro que no conoce pero que sabemos que está más allá de los ventanales y jardines, que está en las calles de la nación.

 Ilustrando un poco la cuestión, sería interesante recordar, por ejemplo, que el médico presidente Salvador Allende, al dirigirse a los congresistas a quienes invitaba a reconstruir Chile (Se abrirán las grandes alamedas, título de la Biblioteca Básica del Pensamiento Revolucionario, de Monte Ávila) hablaba de: “Un Chile en que la capacidad creadora de cada hombre y de cada mujer encuentre cómo florecer, no en contra de los demás, sino en favor de una vida mejor para todos”.

Ciencia y tecnología siempre florecen y no hay maneras de que pueda ser negado. Están en nuestras vidas, pero obviamente hay que decir que sin educación, sin esa formación vital de la mujer y el hombre, sería cuesta arriba obtener lo que la investigación científica le ha dado a la humanidad.

Hemos heredado del Libertador Simón Bolívar esa fuerza interior, esa estima, esa dignidad que nos impulsan a ser mejores cada día, nos lo recordó siempre Hugo Chávez y hoy nos lo recuerda de nuevo Nicolás Maduro, pues es un legado en todos los venezolanos de hoy, de mañana y de los tiempos venideros, que deberá ser base de la República Bolivariana de Venezuela.

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