Crece el desequilibrio mental planetario

Pedro Estacio

¿Qué busca, qué se trae entre manos el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump al generar, que se vea que es su equipo, una gran conmoción sin que aparezca él como autor de todo cuando acontece, tanto en las relaciones internas de ese país como en el ámbito internacional?

Lo que se aprecia como cierto es que hay todo como una especie de descalabro político y mental que impregna todos los poderes en el país que ha sido vendido por años como la democracia perfecta.

Y todo lo expresado pareciera coincidir con las duras palabras del filósofo y linguista Noam Chomsky, quien pronosticó que Estados Unidos se acercaba a una guerra civil, a lo que habría que sumar las ideas de separación que rondan por California y Texas y hasta malestares en Georgia.

Solo me atrevo a comentar algunas cosas que saltan a la vista y que no parecieran chocar con el 1% por ciento de millonarios que tiene ese país y en donde no se toma en cuenta, para nada, a la ciudadanía que habita las tierras del perdido paraíso de la libertad, muy matizado por la corrupción, exclusión, las armas, las drogas y la pobreza de unos cuantos millones de seres.

Da la ligera impresión que el planeta Tierra vive la realidad de lo absurdo, porque no es necesariamente el señor Trump, en exclusiva, quien se muestra pelando en ocasiones el pedal, porque si echamos un vistazo a las noticias que van cayendo tan seguido, pudieramos llegar a la idea de que el desequilibrio se está generalizando y muy fuerte, porque en el Departamento de Defensa de EE.UU, donde aparentemente se están cayendo a cuchilladas mientras desde

Pakistán admiten haber entrenado terroristas para Occidente y, de paso, muestran músculo a La India, que también tiene su músculo, por no decir bomba nuclear.

No hay que profundizar mucho porque la gente está en las esquinas como es el caso de Trump y Putin enfrentándose técnicamente mientras Xi Jimping, con la tranquilidad que le caracteriza muestra encantado sus palmares.

Zelenski, tan golpeado como si hubiera batallado con Mike Tyson, pareciera esperar la decisión de los jueces, aunque se resiste a entender que ha perdido.

Macron parece haber cerrado el pico. Hecho el tonto pero no tanto parece dejarle el asunto a los ingleses siempre enredados en todo, pero mostrando su tradicional y famoso rostro de “yo no fui”.

Pero todavía y pese a ver con sus propios ojos lo que acontece, el Derecho millonario Noboa intenta hacerse el loco como Bukele, pero sin lograrlo. Andan en competencia con Milei a ver quien tiene mas rayas que un tigre. No se dan por enterados del dicho famoso ese que dice “el que la hace la paga” y ni si quiera han volteado a ver como anda su compañero de locuras Jair Bolsonaro.

Los venezolanos, que ya tenemos hasta un postgrado en Observación de Desiquilibrados, solo seguimos observando lo que ocurre de remojo con los que andan golpeados mentalmente y que insisten ahora en participar en las próximas elecciones venezolanas. Perdón por no nombrarlos, pero escribo para limpias cuartillas.

Deberían estar asombrados como nosotros al analizar lo que ocurre con los yemenitas, de quienes nunca llegamos a imaginar que le derribarían 7 drones a los estadounidenses. Ciertamente, hay un desequilibrio en el planeta Tierra.

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